La colocación de las baldosas en el suelo es un momento muy importante en los resultados tanto prácticos como estéticos de una construcción. Es tan importante una instalación profesional, como el suelo adecuado al “mosaico” de baldosas que van a definir el estilo de las habitaciones, salones u otros espacios del edificio.
Los suelos cerámicos han crecido tanto en calidad como en diseño en los últimos años, convirtiéndose en una de las opciones más frecuentes cuando se invierte en una construcción o una reforma, ya sea para casas, espacios de trabajo o lugares de ocio.
Tipos de colocación de suelos cerámicos

Lo más importante cuando encarguemos la colocación de nuestro suelo cerámico a una empresa profesional es tener decidido lo que queremos. Aunque si no tenemos muy claro cuál elegir, siempre se puede pedir consejo a quienes se van a encargar del trabajo de solería de la obra para que nos orienten sobre sí hay o una opción más conveniente que las demás.
Entre los tipos de colocación de solería cerámica que pueden elegirse, estos son los más comunes:
- En paralelo o junta corrida. En esta colocación, las juntas de todas las baldosas se colocan perfectamente alineadas, creando una cuadrícula perfecta. Puedes colocarlas en horizontal o en vertical tomando como referencia la orientación de cada espacio, aunque el resultado es prácticamente el mismo para suelos.

- Línea cruzada. La solería en línea cruzada se realiza intercalando dos líneas rectangulares en vertical y otras dos en horizontal. Una manera de potenciar el efecto decorativo de esta colocación de suelo es que exista un contraste notable entre el tono o el color de las juntas y el de las baldosas de cerámica que forman la solería.

- En rombo. Con este tipo de colocación en paralelo que forma rombos con las juntas valiéndose de la diagonal de la habitación.

- Matajunta. Esta colocación de solería de cerámica se consigue al hacer coincidir la junta vertical de una baldosa con el punto central de las juntas horizontales de las baldosas inferiores y superiores. Es una de las técnicas de solería más utilizadas al conseguir un efecto desenfadado sin perder el orden y la sobriedad de la solería. Es recomendable que se utilice esta colocación solo en los casos en que tengamos baldosas rectangulares.

- En espiga. Los suelos cerámicos en espiga forman un zig zag con las baldosas haciendo coincidir la junta corta de una baldosa con la mitad de la junta larga de la siguiente. Esta colocación es muy utilizada en solería de construcciones rústicas y aporta profundidad y un alto poder decorativo y acogedor a los espacios interiores.

- Chevron. La colación de suelo en Chevron es una variante de la espiga. Para esta colocación, se recomienda el uso de baldosas alargadas para conseguir un buen efecto. Para la solería colocada en Chevron es necesario cortar en ángulo de 45 grados desde una de las esquinas de la baldosa cerámica y colocarlas haciendo coincidir en forma de V los bordes cortados en las juntas.

- Modular. Si quieres un suelo original y divertido para zonas de ocio como patios o salas de estar, esta es la colocación para el suelo que más te puede interesar. Se trata de combinar las baldosas cerámicas de distinto tamaño y formato pero que conserven el ángulo recto para que las juntas queden uniformes. Los juegos de baldosas cerámicas para solería modular se suelen vender preparados para que no tengas que estar buscando diferentes formatos que den un buen resultado.

Colocar baldosas de suelo cerámico

Para una instalación correcta de suelo cerámico, lo más seguro es contratar a una empresa profesional. En reformasaguilera.com contamos con un equipo de profesionales en albañilería con excelentes resultados en construcciones y reformas en Sevilla y Cádiz, provincias en las que llevamos a cabo la mayor parte de nuestros trabajos y desde las que puedes consultarnos sin compromiso para tu proyecto de cambio o colocación de solería.
Es frecuente que se opte por la colocación del suelo sin ayuda profesional, ya que no es un trabajo excesivamente complejo dentro de los que se realizan en albañilería, sin embargo requiere de una serie de conocimientos y experiencia, ya que una colocación defectuosa del suelo cerámico puede dar lugar a desniveles, piezas sueltas y rotura de las baldosas.
Para la colocación de suelo cerámico existen dos métodos principales:
- Colocar suelo con mortero tradicional. Es la técnica clásica y, a día de hoy, menos utilizada por lo laboriosa que resulta. Consiste en ir formando placas gruesas de cemento con el mortero e ir colocando las baldosas sobre el cemento fresco. A continuación de dan pequeños golpes con un martillo de goma sobre la baldosa para que quede nivelada. La técnica con mortero no es recomendable en suelos con baja porosidad, por lo que es mejor no utilizarla con suelos de porcelanicos.
- Colocar suelo con doble encolado. La colocación con morteros-cola o adhesivos especiales para baldosas cerámicas facilita mucho la colocación de los suelos. Consiste en extender el adhesivo por toda la superficie en la que se vaya a instalar el suelo y a continuación en toda la cara inferior de cada baldosa sin dejar huecos antes de colocarla. Asegura cada baldosas con golpes secos con un martillo de goma y comprueba que las juntas son uniformes. Finalmente, si es necesario, se aplica relleno de mortero-cola en las juntas para corregir huecos y antes de que seque del todo se retira el sobrante.
Tipos de baldosas cerámicas para solería
Sabiendo todo esto, lo único que nos queda es decidir el tipo de baldosa cerámica que queremos para colocar en nuestro suelo. Estas son las más utilizadas:
- Baldosas de barro cocido. Estas baldosas de moldeo manual suelen usarse en pavimentos y suelos de exterior. Presentan una alta porosidad y su fabricación manual hace que tengan diferencias de tono y tamaño, por lo que se recomienda mezclar los tonos y dejar juntas gruesas. Requiere de mantenimiento periódico.

- Baldosín catalán. Muy utilizado en construcciones de ambiente rural. El baldosín catalán tiene una alta porosidad y normalmente carece de esmaltado, por lo que necesita mantenimiento. Es frecuente verlo en terrazas, patios, balcones e interiores como cocinas con estilo rural tradicional.

- Gres rústico. El aspecto guarda cierta semejanza con el barro cocido, pero presenta una porosidad mucho más baja y su fabricación es un proceso más industrializado, por lo que las baldosas consiguen una mayor uniformidad en forma, tamaño y tonalidad, aunque no lo suficiente como para renunciar a la colocación con junta abierta. Es muy utilizado en porches y zonas de jardín.

- Gres esmaltado. Es uno de los formatos de baldosa que más opciones ofrece en porosidad, diseño, uso, etc. El esmalte facilita el limpiado, por lo que es ideal en interiores y cocinas.

- Gres porcelánico. Es el otro formato que permite elegir entre una amplia variedad de opciones. Ofrece una gran gama de coloraciones y patrones, puedes encontrarlos con o sin esmalte, presenta una porosidad muy baja y consigue suelos muy resistentes. Aunque el gres esmaltado resulta más económico, a largo plazo el gres porcelánico cunde más gracias a su durabilidad, su limpieza es más fácil y rápida, es resistente a las heladas y ofrece una variedad de diseño más amplia.

La colocación de la solería en una construcción permite una amplia gama de variaciones dependiendo del uso, el material, el diseño, etc. En definitiva, del tipo de baldosa que utilicemos y de dónde queremos colocarla. Como hemos recomendado anteriormente, consultar a una empresa profesional te facilitará mucho el trabajo, no solo de colocación, sino también de elegir la mejor opción para tu construcción o reforma. Además de garantizar un resultado mucho más estético y duradero, algo fundamental cuando hablamos de suelos cerámicos.